Los
linfocitos T y B son células que adquieren inmunocompetencia, es
decir, la capacidad de llevar a cabo respuestas inmunitarias ante los estímulos
apropiados. Ambos tipos se desarrollan a partir de células madre
pluripotenciales con origen en la médula ósea roja. La maduración de los
linfocitos B en células inmunocompetentes se completa en la médula ósea,
mientras que los linfocitos T se desarrollan a partir de células pre-T que
emigran de la médula ósea al timo.
Antes
de que las células T salgan del timo y las células B de la médula ósea roja,
adquieren diversas proteínas de superficie características. Algunas de estas
sustancias funcionan como receptores de antígenos, que son moléculas
capaces de reconocer antígenos específicos. Además, las células T salen del
timo como células CD4+ o CD8+, lo cual significa que poseen en su membrana
plasmática las proteínas CD4 o CD8, que desempeñan funciones muy distintas.
La inmunidad consiste en dos tipos de respuestas que guardan relación muy
estrecha, ambas desencadenadas por antígenos. En el primer tipo,
las respuestas inmunitarias mediadas por células, los linfocitos
T8 proliferan en linfocitos T que atacan directamente a los antígenos
invasores. En el segundo tipo, las respuestas inmunitarias mediadas por
anticuerpos o humorales, los linfocitos B se transforman en células plasmáticas
que sintetizan y secretan proteínas específicas, los anticuerpos o inmunoglobulinas.
Estos últimos se unen con antígenos específicos y los inactivan. Muchos
linfocitos T4 se convierten en linfocitos T auxiliadores, que ayudan en
las respuestas inmunitarias mediadas por células y por anticuerpos
Enrique Iapeña. 1999. Universidad de Granada. En línea.
Consulta. Disponible en:
Anónimo.2011.Maduración de los linfocitos. En línea.
consulta. Disponible en:
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